-Azu, ¿Vas a correr?-Le pregunto su madre desde la cocina
-Si, mama.
-Vale- le gritó la madre- Pasa por la casa de Ryan, y dale el paraguas de la entrada, el otro día me lo dejo para ir a trabajar su madre.
Otra vez Ryan en su cabeza. Empezaba a odiar ese nombre. Respiro profundamente y salio de su casa.Se puso el otro auricular, y se limpio una pequeña lágrima que empezaba a deslizarse.
En la casa de Ryan
Ryan suspiraba de desesperación, Azucena ni siquiera le cogía el teléfono, ni ningún mensaje, a todas horas le mandaba una, pero ella ni caso. Ryan se tomo el desayuno con tranquilidad, planteándose ir a la casa de Azucena.
Ding Dong. El timbre sonó en el preciso momento en que Ryan se zampo el ultimo bocado del mini sándwich que se había hecho.
-Mmm delicioso- se dijo a si mismo mientras se limpia las manos, dirigiéndose a la puerta.
Ryan abrió despacio, mientras pensaba en Azucena.
-Azucena...-dijo sorprendido Ryan, mientras se le dibujaba una sonrisa en su cara.
Azucena le fulmino con la mirada. Respiro, y le entrego el paraguas.
-Dice mi madre que gracias- dijo esto, y le dio la espalda para echar a correr.
-Eh, espera- Ryan le puso una mano en el hombro- ¿Qué te pasa conmigo?
-Nada- respondió Azucena, cuando empezó a sonar otro canción en su mp4
-Azu...
-No me llames así- Azucena de nuevo se dio la vuelta, posando la mirada en los ojos de Ryan- ¿No entiendes que no quiero saber nada de ti?- Las palabras empezaron a atragantarse en su garganta- No...no...no...- Empezó a llorar.
Ryan la abrazo estrechamente, pero ella lo empujo.
-Déjame- le gritó antes de irse corriendo a velocidad de la luz.
Ryan se quedo perplejo intento asimilar que había pasado en tan solo unos minutos.
Azucena corrió hasta quedarse casi sin aliento, ni siquiera sabia por que había echado a correr. Se sentó en una banco, recopilando todo, "Tonta" se dijo a si misma, una vez que analizo todo, ¿Acaso tenia miedo de amar y ser correspondida? ¿O tal vez había decidió firmemente en pasar de el?.