Lectores sonrientes.

miércoles, 31 de julio de 2013

Intentar acercar barreras.

Un día nuevo amanecía, los primeros rayos solares se empezaron a colar en la habitación de Azucena, iluminando cada diminuto rincón. Azucena se estiro, eran las 6:30.

-Hora de levantarse- se dijo a si misma encaminándose al armario, cogió lo primero que pillo, pantalones cortos de gimnasia y una camiseta ancha . Azucena se quedo fijamente mirando a la camiseta.
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- Azucena, corre mas, estamos casi cerca- le gritaba Ryan casi llegando al gran lago que se encontraba en el centro del bosque. Azucena respiraba con dificultad, no estaba acostumbrada a correr tanto, en el ultimo tramo del camino, cuando apenas le quedaban menos de un metro, Azucena se tropezó con una rama, ensuciándose y haciendo unos considerables rasguños en la camisa beige.

Ryan corrió hacia ella, ayudando a levantarse.

-¿estas bien- la voz de Ryan sonaba muy preocupada. Azucena afirmo, mirando los rasguños de su camisa y pequeñas heridas superficiales.

-Mi madre me matara por la camisa(cambiar)-hizo una mueca Azucena. Ryan se quedo pensativo, y finalmente frunció el ceño. De repente, se empezó a quitar su camisa, dejando admirar unos pequeños abdominales que aun le quedaban tiempo para que fuesen firme y consistentes.

-Pontela, no pasaras tanto frió-Ryan le sonrió y le cogió de la mano.

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La voz de su madre llamándola hizo que volviera  a la realidad. Hizo una mueca, volvía a recordarlo. Azucena bajo las escaleras, necesitaba despejarse un poco, sentir aire libre, correr como si no hubiera tiempo. Hizo unos estiramientos y empezó su día, corriendo, como hacia un tiempo atrás con Ryan. Azucena admiro embelesada en el paisaje que tenia alrededor nunca había puesto tanta atención como hoy.

-Azucena-Una voz masculina la llamaba, la reconoció al instante, fue como si le remojase en una olla caliente- Azucena, espera.

Azucena inconscientemente paro, y espero a que la persona se acercase, dándose animo a si misma, lo miro a los ojos y sonrió menguantemente

-Hola Azu- Otra vez esa jodida mirada, y esa sonrisa que siempre le hacia volver por los cielos.
-Hola Ryan- No sabia por que se había parado, y menos aún, por que pronuncio su nombre.

Ryan sonrió, la echaba de menos, al fin había recogido el valor suficiente para al menos saludarla.

-¿Te apetece que tomemos un café para ponernos al día?- Seguía manteniendo su sonrisa, a la espera de la afirmación de Azucena. Azucena se resistió a pronunciar un si, pero finalmente accedió. Era raro, todo sentimiento de rencor hacia el se había esfumado, era como si nunca hubiese existido y ahora, no entendía como podía haber salido corriendo de la manera en la que la hizo la ultima vez que llamo a la puerta de su casa.

Ambos se dirigieron a un bar cercano a sus casas. Ryan estaba nervioso, quería mantener esa conversación desde hacia indudablemente tiempo, en cambio, Azucena se mantenía firme, preguntándose mentalmente ¿Por que? ¿Por que había aceptado?. Tuvo un impulso de salir corriendo, pero se contuvo, después de todo, no tenía nada que perder por intentar al menos acercar barreras y mantenerse en conocidos.


sábado, 20 de julio de 2013

Un clavo saca otro clavo.

Era sábado. Una noche fría, demasiada nostálgica. La luna como siempre haciendo compañía a los solitarios de la calle. Unos pasos retumbaban en ese silencio tan abrumador. Se podía distinguir escasamente pequeños charcos procedentes de la lluvia del día anterior. Ryan caminaba sin rumbo fijo, estaba agotado, demasiado como para decidir a donde ir. Llevaba mas de dos horas dando vueltas en una ciudad, que cada vez le parecía más pequeña, alzo la cabeza, admirando la belleza de la luna. En ese instante, su móvil vibro en su bolsillo de la parte de atrás del pantalón.

-¿Sí?- contesto sin ningún atisbo de emoción.
-Hola Ryan- le saludo desde el otro lado, la voz melódica de Alicia-¿Estas ocupado?

Ryan río irónicamente y respiro. Le pareció muy absurda la pregunta.

-No, claro que no- sonrío aun sabiendo que Alicia no le podía ver.
-Perfecto, ¿A las diez en el mismo bar de siempre?
-Claro, allí nos veremos- y colgó. Volvió el mismo silencio de antes, aunque ahora era diferente. Ryan se dirigió al bar, y se sentó en la silla más cercana a la ventana, pidió un ron, y de nuevo se sumergió en su mente.

Todo un mar de pensamientos le inundaron la cabeza, hasta que Alicia llego. El la miro confuso, por un momento se le había olvidado que habían quedado. Estas ultimas semanas estaba fatal. Alicia se inclino y le dio un par de besos en las mejillas, sentándose a su lado.

-¿Qué tal la noche?- le preguntó quitándose la chaqueta fina de color rosa pálido.
-Mmm- titubeo Ryan antes de responder- Bien, supongo.
-¿Supones?- Alicia se acerco aún más a él- ¿Qué te pasa, Ryan?- su voz sonaba realmente preocupada.
-Es que...no lo sé- respondió sinceramente.
-¿Cómo que no lo sabes?- Alicia se sorprendido, y frunció el ceño- ¿Es por Azucena?- Ryan ya le había contado su historia con ella, bueno, historia por llamarlo de alguna manera, ya que nunca salieron oficialmente, fueron como amores platónicos, Alicia se había esmerado en estas ultimas semanas en animarlo, y hacer que la olvidara, pero el resultado era casi negativo.
-Si- respondió firmemente Ryan, y la miro a los ojos- No la quiero de igual manera, pero la quiero, pero pone de los nervios pensar en lo que hubiera ocurrido si hubiese sido valiente- una lágrima empezó a deslizarse por su mejilla.
Alicia se la limpio, y le abrazo.
-Ryan...-trago saliva y respiro- Ya hemos hablado muchas veces de esos temas, y lo mejor es olvidadla, dicen que un clavo saca otro clavo...¿Por que no lo intentas con otra?- hizo una mueca.
-No quiero usar a nadie- le recrimino Ryan.
-¿Y si..?
-Y si nada. No lo pienso hacer y punto, Alicia.
-Me ofrezco voluntaria- Alicia se acerco más a él, acariciándole la mejilla.
Ryan la miro atónito, mientras que sus labios se acercaban más y más a los de ella, cuando apenas quedaban pocos metros entre ellos, Ryan se separo bruscamente.
-No, Alicia, no te utilizare, no siempre esa frase tiene razón.

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sábado, 13 de julio de 2013

¿El tiempo logro borrar las heridas?

El sol atravesaba la ventana de Azucena, avisando de un día nuevo, con muchas cosas que hacer. Azucena se estiro en su cama, habían pasado ya seis meses desde la ultima vez que su mirada se cruzo con la de Ryan. Y ni siquiera se acordaba. Era como si sus recuerdos se hubiesen evaporado, como si en verdad, lo hubiera olvidado. Azucena se levantó para arreglarse, en menos de una hora había quedado con Allan. Sonrío levemente al recordarlo, llevaban casi un año saliendo, pero a decir verdad, no sentía ese algo de cuando estas enamorada. Resopló, "Que idiotez de pensamientos tengo" pensó para si misma.

Se vistió rápidamente, cogió lo primero que pillo, un top de color marfil con una minifalda vaqueras conjuntado con unas sandalias del mismo color que el top y se dirigió hacia la puerta de salida.

-Me voy ya, Mama- gritó antes de que la puerta se cerrase tras de sí.

Allan la esperaba sentada sobre las escaleras de su porche, al oír abrir la puerta, se levantó, saludándola con una agradable sonrisa.

-¡Que guapa estas!- le dijo mientras se acercaba a besarla.

Un gracias en forma de susurro salio de la garganta de Azucena, después del beso. Allan la cogió de la mano, atrayéndola hacia el. Se acerco a su oído.

-Te quiero- le susurró cuando empezaron a bajar las escaleras del porche. La piel de Azucena se ruborizo, y le dedico una amplia sonrisa con la intención de devolverle el beso.En ese mismo instante el coche de Ryan paso a velocidad de la luz. Azucena como una boba, se quedo con la boca abierta.

-¿Qué pasa?- preguntó Allan al darse cuenta del anonamiento de Azucena.
-Nada, nada
-¿Segura?- insistió Allan
-Sí, claro- Azucena fue a besarlo, pero Allan se aparto y la miro a los ojos.
-Estas mintiendo.
-Que no, en serio, no es nada.
-¿Te crees que soy tonto?- le recrimino Allan- ¿Acaso crees que no me he dado cuenta de que lo sigues queriendo- le pregunté con un tono más agresivo de lo normal.

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Azucena lo miro, y se acerco a el, poniendo el dedo índice en sus labios.

-Allan...-susurró Azucena- Tal vez lo quise hace tiempo, pensaba que no iba a poder olvidarlo, que me costaría barbaridad acostumbrarme a su ausencia en mi vida, que mis mañana serían otras noches, y mi sonrisa dejaría de lucirse, a cambio, mis lágrimas se verían, y mi corazón palpitaría muy lentamente, que no tendría otro pensamiento que no fuese su nombre, que me entraría la tonta manía de poner su nombre en todos mis cuadernos, pero, ¿Sabes que? Todo eso lo deje de lado, un día al verte llegar hacia mi y abrazarme fuertemente, al susurrarme un puedes contar conmigo, al ver que no me dejabas sola, que lo dijiste en serio, que cuando caigo siempre estas tú, que si necesito ayuda para avanzar, vienes tú y me das un empujón- Lo miro inquisitivamente- Eres todo lo que necesito.

Ambos se fundieron en un beso. Tierno. Dulce. Apasionado. Con un único espectador desde la ventana del piso segundo de la casa de Ryan, siendo también oyente de todo lo que había pasado. Respiraba agitadamente, muerto de celos.