Azucena sonrió, recordando como lo conoció le echaba demasiado de menos.El había sido su confesor de sentimientos, día si y día también. Ryan, realmente, le gustaba Azucena, aunque nunca se atrevería a decírselo.
-Ryan...-suspiro desilusionada Azucena, mientras miraba el cuaderno que sostenía, era el diario del imaginativo Ryan, su amigo, su hermano.
Se lo dio, un día antes de irse, lejos, ella tan respetuosa nunca había tenido la valentía de abrirlo.Pero, se convenció de que ya era hora.
Paso horas y horas leyéndolo, hasta que termino. Azucena sonrió para si misma y alzando la cabeza al cielo,soltó un "te quiero Ryan, espero que algún día lo sepas".
Azucena tan guapa como siempre, se dijo a si misma "Si tienes que decirselo, diselo, no esperes a más tiempo, por que puede que cuando te decidas, la oportunidad habrá volado".